“HASTA LAS TETAS”

Hay expresiones que trato de entender qué significan o más bien porque son usadas en contextos en los cuales nada tienen que ver, esta es una de mis expresiones favoritas, se usa cuando uno quiere decir que algo está lleno, que no le cabe más , que se va a reventar o que desbordó su capacidad para contener algo, si usted también es paisa o Colombiano entenderá a la perfección de que hablo  o cuando se usa la expresión, esta vez solo quería llamar la atención porque también sé las fibras que mueve hablar sobre el cuerpo humano con estas palabras.

Uno de mis temas favoritos es conversar de la guarrada que somos como sociedad y de los comportamientos miserables que tenemos con todo lo que nos rodea, especialmente los ambientales de los municipios turísticos, nacer y crecer en uno de ellos me hace amarlo y sufrirlo  especialmente los días festivos y en temporada de vacaciones, nos vendimos tanto como destino turístico  que nos están comprando; pero a muy bajo precio, nos vendimos tan bien que no alcanzamos a comprender que íbamos a hacer con tanto turista y sin tener la “casa arreglada”, de puertas para afuera somos un referente de turismo y ¿Qué pasa de puertas pa´adentro con los habitantes de siempre? ¿Con el tejido social?, ¿Con el medio ambiente? y ¿Con la BASURA?. Creo que estamos cargando un peso que no vamos a aguantar y esto no es solo en temas  sociales sino también ambientales, las calles de las zonas turísticas muy limpias, el paisaje muy hermoso, las fachadas muy “pispas”; pero ¿Qué nos queda a todos los habitantes se beneficien o  no del turismo ? 

Hacer un ejercicio a conciencia sobre cómo queda el pueblo en temas ambientales después de una temporada alta es preocupante, el gusto por el espacio limpio, el aire puro, las caminatas por los bosques llenos de fauna y flora silvestre, y las jardineras, parques y  espacios comunes agradables y llenos de flores es un deleite que todos disfrutamos; pero ¿Qué tan comprometidos estamos para que estos lugares se encuentren siempre así ? y más aún que tan dispuestos estamos a hacer separación de residuos en la fuente, esto no es más que saber que va, en qué caneca y cuando sacarlo para que el carro o los recicladores de oficio dispongan de estos materiales. 

Estamos en mora como turistas y como habitantes de este planeta de  hacer separación en la fuente, reducción de uso de  plástico y de cambiar nuestra manera de consumir, creemos que los recursos son infinitos y que los rellenos sanitarios no son asunto nuestro, creemos la basura deja de ser nuestra cuando la ponemos en la acera o en la basurera, que tan equivocados e inconscientes estamos ante el desperdicio que generamos, estamos “hasta las tetas” de icopor, plásticos de un solo uso  y basuras que van a dar hasta los océanos. 

Es triste encontrarse administradores de comercio echando sus bolsas gigantes de  basura  en las canecas públicas de mano, o sacando cartones con otros materiales que no deberían mezclarse,  es lamentable que digan que lo biodegradable es más caro y por eso no lo implementan en los restaurantes o ventas de alimentos para llevar, cuando las emisiones de gases efecto invernadero que genera un relleno sanitario fácilmente nos pueden estar matando si seguimos a este ritmo acelerado de crecimiento sin hacer caso a las temas ambientales, deshacerme de lo que no me sirve más es un acto que implica responsabilidad y hasta compasión por el medio ambiente y por los recicladores de oficio que meten sus manos en una aguamasa, mezcla de papeles sucios con cáscaras y todo tipo de “desperdicios” para sacar el recipiente plástico que nada tendría que estar haciendo en la basura y si lo pensamos más allá de todo lo que vemos, reciclar y reutilizar es un acto de amor propio por esta casa que se llama planeta.

Esperar que el estado hago lo que tiene que hacer por ley a veces es un “canto a la bandera” ( otra expresión muy usada) y que tampoco entiendo, somos especialistas en esperar que el gobierno resuelva todo aquello a lo que yo no me comprometo, ni aporto; porque entendemos muy bien que es responsabilidad de ellos, nos llenamos la boca diciendo : “Para eso pago la cuota de saneamiento básico, servicios públicos, alcantarillado y demás” y ¿Cuál es mi compromiso y responsabilidad como ciudadano?, hago lo que debo hacer para que el planeta y yo como habitante de este estemos bien?

Se vale reclamarle al estado; pero también hay que aportar como ciudadano y más del lugar donde se vive y es casi que una obligación de los habitantes hacer respetar y enseñarles a los turistas,y comerciantes forasteros que el planeta es de todos, este es el diario vivir de los municipios turísticos que cargan con miles de visitantes y sus toneladas de basura.

Por el momento solo nos queda esperar 500 años para que ese platico de icopor en el que nos comimos nuestro cinnamon rolls, merengón y la arepa de queso desaparezca en el relleno sanitario  mientras disfrutamos de un sabor en boca que duró quince minutos.

@AstridSaldarriaga